viernes, 4 de septiembre de 2009

DOS BUENOS CONSEJOS



- LA SONRISA -

Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho.
Enriquece a quienes la reciben,
sin empobrecer a quien la da.

No dura más que un instante,
pero su recuerdo a veces es eterno.

Nadie es demasiado rico para prescindir de ella.
Nadie es demasiado pobre para no merecerla.
Da felicidad en el hogar y apoyo en el trabajo.
Es el símbolo de la amistad.

Una sonrisa da reposo al cansado.
Anima a los más deprimidos.
No se puede comprar, ni prestar, ni robar,
pues son cosas que no tienen valor,
hasta el momento en que se da.

Y si alguna vez se tropieza con alguien
que no sabe dar una sonrisa mas,
sea generoso, déle la suya.

Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa
como el que no puede dársela a los demás.
-Mahatma Gandhi.





- EL DINERO -

Con el dinero ocurre algo parecido a lo
que ocurre con el aire que el hombre necesita
para respirar. Si el oxigeno disminuye,
sufre grandes penurias y hasta puede morir.

Si lo recibe en demasía también sufre,
aparecen mareos, alteraciones de su percepción y,
al final, la muerte. Para sentirte bien, para
decir que tu respiración es saludable, debes recibir
una determinada cantidad de oxigeno, aquella que
te permite satisfacer tus necesidades, pero no
menos y tampoco mas.

Así debería ser con el dinero,
del que no se puede prescindir por ser el sistema
de transacción en el mundo; todos deberían acceder
a la cantidad necesaria para una vida armónica y que
abasteciera sus requerimientos de educación, salud,
vivienda y los elementos para una existencia digna,
decorosa y amable.

Pero nadie debería acumular mas que
eso, porque el exceso de dinero fomenta en el hombre
los apegos que le impiden crecer hacia la dimensión
espiritual donde se encuentra su verdadero ser.

-Sai Baba.

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