Da gracias, por la vida misma.
Aunque la tuya no sea la más perfecta,
Dios te la dio y el tenerla es ya un milagro.
Aprende a valorarla para hacerla llevadera.
No hagas de ella algo vano y vacío.
Da gracias por el aire que respiras.
Es tan natural y vital y ni cuenta te das
de que sin él con seguridad no vivirías.
Por cada respiro que des recuerda y ten presente
que Dios lo creó pensando en ti.
Da gracias por la luz del sol:
es la que te permite ver el día en esplendor.
La que da vida a la hermosura de la creación
y da calor a los seres vivos de la tierra.
Da gracias por la noche,
Dios la hizo para darnos descanso.
Para que la tierra repose del afán del día,
y es cuando realmente puedes relajarte y meditar
para reponer fuerzas y seguir adelante.
Da gracias por el agua que cae del cielo,
Dios la envía para hacer nuestro suelo
fértil y productivo.
Y es la misma agua que al estar sedientos
calma nuestra sed.
Da gracias por las pruebas que llegan a ti.
No te lamentes cuando éstas llegan,
más bien tómalas de un modo positivo.
Las pruebas purifican tu espíritu
y te hacen más fuerte y humilde.
Da gracias por todo lo que eres,
no te quejes de que no siempre es como tú quieres:
Dios permite todo lo que llega a tu vida,
pero lo permite porque todo tiene su razón de ser.
Nada pasa sólo porque sí,
al final verás y entenderás la razón.
Da gracias a Dios por todo,
por las cosas grandes y aún por pequeñeces
Él, muy agradecido, te recompensará.
Da siempre gracias...
Sentirás alivio y paz si las das de corazón.
Agradezco a Dios por permitirme tener una gran amiga
en Puerto Rico, mi dulce Lourdes, fue ella quien me
envio este hermoso mensaje de agradecimiento a Dios.
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