viernes, 15 de julio de 2011

PARA REFLEXIONAR...


EL TIEMPO QUE PASA NO VUELVE


Y cuando menos lo pienso, me doy cuenta de cómo pasa veloz el tiempo...

A los seres que amamos los tenemos al lado. Muchas veces hasta los ignoramos, no nos portamos con ellos como se merecen... Y sin darnos cuenta, llegará el día que los añoremos y cuando queramos sentirlos cerca, ya no estarán, se habrán ido...

El tiempo ha pasado y será demasiado tarde. Ya no se podrá decir lo que nunca se dijo, y mucho menos se podrán dar los detalles que en su tiempo no dimos.

Construimos sueños lejanos, los acariciamos de lejos, posponemos nuestra lucha por ellos, hasta dejamos ir las oportunidades porque creemos que después será mejor y habrá más tiempo.

Pero cuando menos lo pensemos, y queramos intentarlo de nuevo, todo habrá pasado...
Será demasiado tarde. Y no es pesimismo decir lo que digo, tampoco es una lucha contra el tiempo, es ante todo saber valorar el sagrado momento de vida que no se repite.
Se nos da para usarlo bien y vivirlo como Dios desea.

Los niños no se quedarán siendo niños, cada día irán creciendo... y tarde o temprano partirán del nido y volarán lejos, ya no volverán a ser niños.
Y el tiempo que no compartimos con ellos no será igual, ya habrán crecido.

En una semana no se recuperarán las materias que por no estudiar en todo el año perdimos. Y cuando queramos reaccionar, el año estará reprobado, habremos caído, y si no reaccionamos, quizá hasta fracasemos.. .

La vida no es comprada, nada es eterno... todo pasa en el tiempo... Y aún hay quienes dicen que viven aburridos, que no hay nada que hacer o que sienten que todo está hecho, que sólo esperan lo que ha de venir...

Pero el tiempo es sagrado, cada segundo se vive sólo una vez, jamás se nos repite, el tiempo perdido no volverá, y nadie por mucho que crea saber, podrá adivinar lo que le falta por venir...

Muchas veces no pensamos en lo que hoy tenemos y que mañana tal vez no esté... seres queridos, oportunidades, amor, cariño, atenciones, trabajo... tesoros que no valoramos en su tiempo y que cuando queramos disfrutarlos ya no los tendremos, habrán pasado, se los habrá llevado el tiempo.

Lo que no valoramos, las palabras que nunca dijimos, el cariño que no demostramos, las personas que estando a nuestro lado nunca disfrutamos, el esfuerzo que no hicimos en su momento, el sueño que desde lejos abrazamos... lo pudimos hacer ayer y no lo hicimos, aquello que pospusimos por pereza o cansancio... todo ello, va abrazado con el tiempo.

Por ello, aprovecho al máximo mi hoy, comprendí que no hay que desesperarse ni confiarse demasiado por aquello que queremos, porque Dios a cada cosa le da su momento; simplemente hay que estar atentos, para que no nos tome desprevenidos, nuestro hermano EL TIEMPO.

(Gracias a Mario web)

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