domingo, 21 de marzo de 2010

MUJER, ENSÉÑALES ESTAS VERDADES A TUS HIJOS.


Enséñales que no necesitan nada externo para ser felices, ninguna persona, lugar o cosa; y que la verdadera felicidad se encuentra en su interior. Enséñales que se bastan a sí mismos.

Enséñales esto y les habrás dado una espléndida educación.

Enseña a tus hijos que la idea del fracaso es mera ficción, que cada intento es un éxito que cada esfuerzo produce la victoria, y que el esfuerzo no es menos honroso que la victoria.

Enséñales eso y les habrás dado una espléndida educación.

Enseña a tus hijos que están profundamente conectados con toda la Vida, que son Uno con todas las personas y que nunca están separados de Dios.

Enséñales eso y les habrás dado una espléndida educación.

Enseña a tus hijos que viven en un mundo de magnífica abundancia, que hay suficiente para todos y que, al compartir lo más posible y no a recaudar lo más posible, recibirán en abundancia.

Enséñales eso y les habrás dado una espléndida educación.

Enseña a tus hijos que no se necesita ser o hacer nada en particular paragozar de una vida llena de dignidad y satisfacción, que no es necesario que compitan con nadie por nada, y que las bendiciones de Dios son para todos.

Enséñales eso y les habrás dado una espléndida educación.

Enseña a tus hijos que no serán juzgados, que no deben hacer siempre todo a la perfección, para ser considerados perfectos y bellos ante los ojos de Dios.

Enséñales eso y les habrás dado una espléndida educación.

Enseña a tus hijos que la consecuencia y el castigo no son lo mismo, que la muerte no existe, y que Dios nunca condena a nadie.

Enséñales eso y les habrás dado una espléndida educación.

Enseña a tus hijos que el amor no pone condiciones, que no deben preocuparse por perder tu amor ni el de Dios, y que su propio amor compartido sin condiciones, es el mayor regalo
que pueden dar al mundo.

Enséñales eso y les habrás dado una espléndida educación.

Enseña a tus hijos que ser especial no significa ser mejor, que declararse superior a alguien es no ver a esa persona como "quién es realmente" y que es muy saludable reconocer que "el mío no es el mejor camino, sino tan sólo otro camino".

Enséñales eso y les habrás dado una espléndida educación.

Enseña a tus hijos que la ilusión de la ignorancia se puede erradicar dela faz de la Tierra, que todo lo que la gente necesita en realidad esregresar a su ser, recordar quién es realmente.

Enséñales eso y les habrás dado una espléndida educación.


Imparte estas enseñanzas no con tus palabras, sino con tus actos, no con discusiones, sino con demostraciones.

Pues lo que tus hijos emulan, son tus actos y lo que tú eres, es lo que ellos serán.


(Desconozco el autor)
Con mucho cariño,
Bertha de Anderson

No hay comentarios:

Publicar un comentario