lunes, 31 de agosto de 2009

PARA REFLEXIONAR...


Cada uno juzga con los elementos que posee. Mientras más somos ignorantes, menos elementos poseemos, y mientras menos elementos poseemos, más rápidas y absolutas son nuestras conclusiones. Al contrario, quien posee más conocimiento y, con eso, más elementos para juzgar, no llega a conclusiones simplistas, rápidas y absolutas. Luego, quien más se aproxima a la verdad es quien juzga lentamente, sin absolutismo, pero con profundidad.

Entonces, quien juzga, lanzando su juicio sobre los demás, en su último análisis se juzga a sí mismo, y con su juicio, se revela. Por el hecho: de que él no puede juzgar sino conforme a su tipo de pensamiento y naturaleza, con su juicio son descubiertos su pensamiento y su naturaleza.

La mejor manera de llegar a conocer una persona es la de observar sus juicios acerca de los demás. Cuando alguien cae en la ilusión de suponer que, juzgando a los demás, está así poniéndolos al descubierto y colocándose por encima de ellos, en realidad, sólo se está sometiendo a juicio, descubriéndose y mostrando a todos sus propios defectos.

(P. Ubaldi – A Lei de Deus)

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